"Soy una curranta, lo soy desde siempre, a toda oferta que se presentara, por muy pintoresca que fuera, he dicho siempre que Sí. Creo que gracias a esto nada me da miedo, bueno, menos las tecnologías, ellas sí que me atemorizan un poco".
Mi nombre es Aldara y tengo un nuevo proyecto
Aldara, si, este es mi nombre. Muy poco común fuera de Galicia, pero hermoso y lleno de personalidad. Sabia respetable o sabia guerrera…cualquiera de las dos opciones suponen todo un reto para quienes recibimos este nombre. Así que ha llegado el momento de asumirlo, de arriesgarse un poco más y luchar por crear mi propia linea de productos que… no es poca cosa!!
Aquí esta el reto: cambiar mi “mood” presencial por el digital pero, ya me veis, estoy en ello.
Soy de esas personas que se creían que siempre serían jóvenes hasta que una situación personal y familiar en 2019 decidió ponerme los pies sobre la tierra. Todo aquello que amaba se tambaleó de golpe, sometida durante meses a muchísimo estres y ansiedad mi cuerpo comenzó a mandarme señales de que no estaba bien: descamación de la piel, acné, canas (que llegaron de golpe y sin avisar) y caída de pelo.
Con este panorama, entenderéis que llevo un par de años muy pero que muy atenta a todo aquello que puede mejorar desde el interior mi salud física y mental, así como desde el exterior, todo aquello que está en contacto directo con mi piel y con mi pelo. Fueron estos los motivos que me llevaron a interesar por un proyecto que mi compañero se traía entre manos…
Me gustan los resultados rápidos
Me gustan los resultados rápidos. ¿A quién no? Pero no, no creo en los productos “milagro”. Mi curiosidad se centra más en los tratamientos naturales de las diferentes culturas, en las rutinas y hábitos de aquellas personas que tienen mejor calidad de vida y salud. Así que, cuando me hablaron de la nueva moda francesa no mostré mucho interés en ello, sin embargo, si lo hice al narrarme algunas de las propiedades de la seda de morera y sus usos en Asia… ¡¡ahí puse toda mi atención!!
No me podía imaginar que unas fundas de almohada de seda pondrían mi vida patas arriba. Mi compañero comenzó con la idea, compartimos la preocupación por la caída del cabello, pero todas la señales indicaban que tendría que ser yo quien asumiese este proyecto.
Una vez tuve en mis manos la primera gama de productos, me enamoré de su suavidad y delicadeza. Tomo las riendas de Misslya con la firme idea de que solo con probar cualquiera de los productos notareis los resultados como a mi me gusta, rápidamente.